Presentación

Este blog está realizado con el objetivo de divulgar conocimientos sobre filosofía, ciencia, sociedad, política y espiritualidad en un intento de unir estas disciplinas que en la actualidad se estudian por separado. Continuar leyendo la presentación

sábado, 7 de enero de 2012

El Ying y el Yang

Todos hemos visto alguna vez éste símbolo. Gravados en las paredes, en lecturas relacionadas con esoterismo, en temáticas orientales… ¿Qué significa realmente? ¿Es el símbolo de una religión como la cruz lo es al cristianismo?


Como muy bien saben los místicos, hay un momento en que las palabras se vuelven vacías y quedan inútiles para transmitir ciertas sensaciones, conocimientos. Entonces llega el camino de la poesía, los símbolos, la música.

El Ying y el Yang no tiene nada de sagrado ni de doctrinario, a diferencia de lo que mucha gente se piensa. No es el símbolo de ninguna religión tal como éstas se entienden en occidente. Si bien se asocia al Taoísmo, habría que explicar brevemente que es el Taoísmo. Este símbolo es la máxima expresión de un alto significado con una análoga simplicidad y belleza. Digo alto significado, pues la mayoría de fenómenos naturales, los descritos por la Ciencia, y los que todavía no, se pueden expresar mediante este símbolo. . Voy a describir antes el contexto histórico social del taoísmo para diferenciarlo bien de lo que aquí entendemos como religión.

En China han predominado dos religiones desde los orígenes de este estado: Confucianismo y Taoísmo. El Confucianismo consta de unas normas muy estrictas, rituales sociales, es lo que se les enseña a los niños de pequeños, consta de costumbres, tradiciones culturales, es la base de la estructura social antigua de China, que precisamente tiene una base muy social. El taoísmo es su opuesto. Las personas ya mayores que querían profundizar en el conocimiento, en la búsqueda de su espiritualidad, su esencia, querían retornar a lo natural y espontáneo, volvían su mirada hacia el Taoísmo. Así pues, el Taoísmo es lo contrario a unas normas sociales establecidas. Significa la extrema libertad del individuo en la búsqueda de sí mismo, en armonía con su entorno. Taoísmo y Confucianismo son el Ying y el Yang del pensamiento antiguo Chino.

Aclarado que el Taoísmo significa muchas cosas menos una religión como se entiende en occidente, puedo seguir ahora con la explicación del Ying y el Yang.

Luz
Sombra
Día
Noche
Sol
Luna
Esfuerzo
Reposo
Luchar
Amar
Hombre
Mujer
Alegría
Tristeza
Poder
Debilidad
Vigor
Dudas
Arte
Copias

Son ejemplos de antagónicos, opuestos, complementarios, reflejan los polos opuestos de una magnitud, que en el mismo orden sería:

Intensidad lumínica
Rotación de la tierra alrededor del sol, tomando como referencia un punto concreto en la superficie de nuestro planeta
Cuerpos celestes que en la superficie de la tierra son visibles normalmente uno durante el día, otro durante la noche.
Nivel de actividad, física o mental que puede desarrollar el ser humano.
Forma en que proyectamos nuestra energía interna hacia los demás
Género humano
Estado de ánimo de una persona
Grado de influencia sobre el entorno que posee una persona
Grado de claridad y nitidez de una idea o acción en el momento de materializarse visiblemente
Grado de originalidad

La lista de gradaciones sobre magnitudes observables, y sus correspondientes límites opuestos se va hacia el infinito. Aquí sólo quería poner unos ejemplos como introducción.
La mente del humano de hoy en día tiende a interpretar la realidad en función de los opuestos, cuando la realidad normalmente se encuentra en un punto entre los dos.

Bueno y malo, masculino y femenino, duro y frágil.... Para podernos comunicar, nuestro lenguaje ha adoptado los opuestos para intentar transmitir la realidad hacia nuestro interlocutor.
-Usa el martillo para clavar los clavos, que es duro-
-No hagas esto, que es malo-

Claro, cuando te preguntan –¿Cómo estas?- tu respuesta será normalmente –Bien- (a no ser que queramos soltarle todos nuestros conflictos internos al pobre transeúnte que amablemente se había mostrado interesado en nuestro estado anímico) pero también le podríamos decir:
-En una escala, con el fondo de escala, lo peor que lo he pasado en mi vida, y como valor mas alto, el mejor día de mi vida, estoy en un 66,67 porciento de satisfacción en estos momentos.

La conversación creo que terminaría rápido, a no ser que hayan algunas birras de por medio y se preste a hacer broma y a reír filosofando.

La referencia

Igual que en física, cualquier punto requiere de un sistema de coordenadas, una velocidad tiene la referencia de un punto en la superficie terrestre, y la temperatura se mide desde el punto de fusión del hielo(0ºC) o desde el cero absoluto en que las partículas ya ni vibran(-273,15ºC) de lo congeladitas que están.

Pues en las emociones humanas, e igual que todo en la vida, para expresar una grado o cantidad de una magnitud, se necesita una referencia. Aquí es dónde el concepto de los antagónicos cobra sentido. Tu sabes: aquí hay luz, porque ves luminosidad, y lo pones en contraposición a un sitio donde no la haya, entonces afirmas: aquí hay luz, y allí no, o allí hay oscuridad. Hay que entender que un polo en sí mismo no cobra sentido, significado, pues éste se expresa en función de su antagónico.

Hablaríamos de un material duro, si no existiesen los materiales frágiles? No. Simplemente le llamaríamos material a secas. Un polo, para que exista, necesita de su polo opuesto, atrae y es atraído por su polo opuesto, en una constante interacción de fuerzas dinámicas que buscan el equilibrio entre ellas.

Todo el universo, nuestro planeta, nuestro cuerpo humano, nuestra civilización, la naturaleza, no hace más que expresar este constante movimiento generado por fuerzas opuestas.

No voy entrar en física cuántica, pero sí que voy a continuar con las emociones humanas, pues es un tema muy importante para nosotros, y la medicina actual se pasa los principios universales por el forro, así que si no quieres enfermar y que lo primero que te hagan sea extirparte partes de tu cuerpo o dejarte drogado todo el día con innumerables efectos secundarios, te recomiendo que continúes leyendo.

Hay que entender que el odio y el amor son connotaciones, grados de un mismo concepto, o acción, como podrían ser construir y destruir. Si sentimos amor hacia alguien querremos ayudar a esa persona, engrandecer su carácter, darle cosas que la hagan sentirse bien, ayudar a que crezca y se realice. Por el contrario, si sentimos odio, lo que sentimos son ganas, en vez de crear, de destruir, perjudicar, maltratar, destrozar. A veces la frontera entre el amor y el odio no está muy clara, como se sabe popularmente, precisamente por esto. Porque reflejan grados de lo mismo: cómo usamos nuestro poder y energía en el entorno.

En cuanto a nuestros propios estados de ánimo, alegría y tristeza también expresan una cosa: el grado de predisposición a interactuar con nuestro entorno.

La dinámica del círculo.

Ya hemos visto que la realidad se puede descomponer en cualidades, conceptos o magnitudes. Y estas magnitudes al mismo tiempo se expresan por convención social, y por medio del lenguaje humano, en sus opuestos.

Observando el círculo, evidentemente se ven dos polaridades, una oscura, otra clara. Pero la grandeza de este símbolo no sólo radica en la distinción o la división de la realidad en dos polaridades parejas en cuanto a importancia. Hay más puntos a tener en cuenta.

a) Todo el símbolo consta de curvas. Esto da una impresión de dinamismo en la mente humana. Una polaridad se dirige hacia la otra y viceversa. Sigamos el recorrido de una polaridad, porque la otra será análoga. En la máxima expresión y amplitud de una polaridad, ¿qué sucede? No se sabe cómo, aparece dentro, en medio de esa gran amplitud, un foco de la polaridad opuesta. Esto supone el fin de aquella polaridad, y el inicio de su complementaria. Entonces la complementaria empieza por una línea delgada en el borde del círculo, y va ganando terreno, hasta dominar a la otra, lo que supone su fin.

b) Esta interrelación entre los opuestos está delimitada por un círculo, que simboliza la perfección, lo divino, lo incognoscible, lo que se esconde más allá de la apariencia dual, el Tao, lo llamó Lao Tsé en el s. IV a.C., pero puede llamársele simplemente infinito, misterio, dios, cosmos, caos, o lo que cada uno quiera, pues son sólo palabras que intentan llegar a englobar lo que nos sobrepasa.

Nosotros, como seres humanos materializados en este mundo fenoménico, dejamos de formar parte del éter, para materializarnos en un cuerpo visible y sensible, lo que intrínsicamente lleva a la materialización de las dos polaridades en cada uno de los aspectos de nuestra existencia.

Estamos vivos, pero sabemos que es imposible la vida eterna. Precisamente, si estamos vivos es, simplemente, porqué hemos de morir. Aquí podría atacar una de las grandes creencias y aspiraciones de la sociedad actual del S.XXI, que vive en el error de creer que su vida puede llegar a ser infinita, delegando en manos de la Ciencia y de la medicina unos deseos vanos, inútiles e irracionales de querer alargar algo, que irremediablemente tiene su fin, y si nos dejamos en manos del estamento médico para éste propósito, lo único que conseguiremos es algo de tiempo agonizante que se volverá inútil, menos para socavar nuestra dignidad y alargar el sufrimiento de nuestros seres queridos. Pero no es el momento para criticar a la Medicina occidental todavía, y vamos a centrarnos en nosotros mismos, los vivos.

En nuestro cuerpo, mente, se están representando constantemente las dos polaridades, en sus infinitas magnitudes. Así pues, durante el día sentimos vigor, somos conscientes, guiamos nuestra acción, es la fase Yang o activa. Esto no quiere decir que la fase Ying o pasiva se encuentre ausente. Simplemente implica que está en un segundo plano en actividad latente. Cuando llevamos cierto tiempo actuando, interaccionando en el mundo aparente de forma consciente y guiada llegamos al punto dónde la amplitud de la fase Yang es tan grande, que engendra la fase Ying para poder completar el círculo. Así pues, nuestra percepción es que sentimos cansancio. Nos sentimos agotados, con el deseo de ir a dormir, para que la fase de reposo, reactiva e inconsciente Ying adquiera su legítimo protagonismo ésta vez. Normalmente éstas fases van en relación con el día y la noche.

Inconscientemente seguimos los ciclos del Ying y el Yang a diario, pero entender esta dinámica de forma consciente nos proporciona herramientas valiosas que podemos usar en el día a día, con el fin de aumentar nuestro grado de satisfacción y bienestar.

Vamos a observar la interacción Ying Yang en la magnitud tristeza alegría. La dinámica subyacente en este caso es exactamente la misma. Cuando sentimos una euforia desmesurada, estamos experimentando la zona de máxima amplitud de una polaridad, y si no hacemos el esfuerzo de tranquilizarnos, es inevitable que al cabo de un rato nos suceda algo que golpee nuestro estado polarizado y nos lleve a sentirnos como un trapo sucio. He dicho que nos suceda algo, pero hay que entender(y aquí radica la importancia de llegar a dicho conocimiento) que las cosas fonoménicas que nuestro intelecto puede llegar a comprender, como sería: nuestro amigo nos ha traicionado, me suspendieron un examen, o empieza a llover y no tengo paraguas, son simples catalizadores del cambio de polaridad. No son la causa principal de nuestra recién entrada tristeza. Esto es importante para el proceso que los budistas llaman Elevación Mental, porque de otra forma, que es lo que sucede en la mayoría de los humanos, pasaremos a culpar a nuestro amigo, al profesor, o a las inclemencias del tiempo respectivamente, cuando son fenómenos externos que no forman la causa principal de nuestra tristeza. Controlar el punto de euforia para no volcarse irremediablemente en la polaridad opuesta es importante, pero igual de importante es saber estar en la tristeza, aprendiendo a relativizar cuanto nos ha sucedido, disfrutar de la resolución de conclusiones que guiarán nuestros futuros actos conscientes, y aprovechar para tomar fuerzas y descansar.

Continuará...